EEUU: Epidemia de abusos sexuales en el ejercito
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| Por Contra Injerencia |
También esta semana, el Pentágono
publicó un nuevo informe sobre la violación y el abuso sexual en las fuerzas
armadas de Estados Unidos. Los resultados son impactantes. Según las últimas
cifras disponibles, se cometen alrededor de 70 abusos sexuales al día en las
fuerzas armadas de Estados Unidos, lo que equivale a 26.000 al año. El número
de denuncias de casos de abuso sexual en el año fiscal 2012 fue de apenas
3.374. De esa cifra, tan solo 190 casos fueron sometidos a un consejo de
guerra.
Hay una creciente epidemia de
violaciones y agresiones sexuales en las fuerzas armadas de Estados Unidos,
perpetradas contra mujeres y hombres, prácticamente con absoluta impunidad.
La situación estalló esta semana
cuando el propio director de la Unidad de Prevención de Abusos Sexuales de la
Fuerza Aérea de Estados Unidos fue arrestado por abuso sexual. El Teniente
Coronel Jeff Krusinksi, de 41 años, fue acusado de haber abusado sexualmente de
una mujer en un estacionamiento frente a un club nudista en Arlington,
Virginia. La noticia surgió después de un caso reciente en el que un alto mando
militar anuló la condena por abuso sexual dictada por un consejo de guerra
contra un oficial que estaba bajo su mando. El Teniente Coronel James Wilkerson
fue acusado de abusar sexualmente de Kimberly Hanks en la Base Aérea de Aviano
en Italia. Fue hallado culpable por un jurado militar, condenado a un año de
prisión y destituido de las fuerzas armadas. El Teniente General Craig Franklin
anuló su condena. Lo más indignante es que Wilkerson fue trasladado a la base
de la Fuerza Aérea en Tucson, Arizona, donde viven muchos familiares de Hank.
Acompañados de alrededor de 50 personas, los familiares de la víctima lo
esperaron frente a la base para protestar contra la anulación de su condena y
contra su traslado a esa localidad. Exigen que se restituya el fallo por el
cual fue condenado y destituido de las fuerzas armadas, y que se despida a
Franklin.
El Presidente Obama habló acerca
de la epidemia de violaciones en una conferencia de prensa realizada esta
semana: “La conclusión es que no toleraremos este tipo de comportamiento. Se lo
he comunicado al Secretario de Defensa. Vamos a comunicarlo nuevamente a todos
los funcionarios de toda la cadena de mando y espero que haya sanciones. No
quiero que haya más discursos y programas de sensibilización o de capacitación,
y que, en definitiva, los responsables miren al costado. Si descubrimos que
alguien está involucrado en actos de este tipo, será responsabilizado. Será
procesado, destituido del cargo, se lo someterá a un consejo de guerra, se lo
despedirá o separará de las fuerzas por conducta deshonrosa. Punto. Es
inaceptable”.
Anu Bhagwati es una ex capitán
del Cuerpo de Marines de Estados Unidos que estuvo en actividad de 1999 a 2004. Actualmente es
la directora ejecutiva y cofundadora de la Red de Acción de Mujeres de las
Fuerzas Armadas (SWAN, por sus siglas en inglés). La organización lucha por
erradicar la discriminación, el maltrato y los abusos de la cultura militar y
por mejorar los beneficios de las veteranas de guerra que han sufrido abusos.
Bhagwati declaró en una audiencia del Senado en el mes de marzo: “La violencia
sexual en las fuerzas armadas es un tema que me toca muy de cerca. Durante los
cinco años que fui infante de marina sufrí discriminación y acoso sexual a
diario. Estuve expuesta a una cultura extremadamente sexista, en la que
pululaban los chistes sobre violaciones, la pornografía y la explotación sexual
de mujeres y niñas, tanto en Estados Unidos como en el extranjero”.
Cuando presentó una demanda
contra otro oficial, lo que determinó el fin de la carrera militar de Bhagwati,
esto es lo que cuenta que sucedió: “El oficial que estaba al mando me dio la
orden de no hablar del tema y emitieron una orden de protección militar contra
el oficial en cuestión. Vivía con temor de las represalias y de sufrir
violencia tanto por parte de mi agresor, como de mi propia cadena de mando.
Después observé horrorizada como no solo ascendieron a mi agresor, sino que
además lo pusieron al mando de mi compañía”.
Anu Bhagwati me explicó que el
tipo de procedimiento judicial que establecen las fuerzas armadas para estos
casos conlleva un conflicto de interés que socava la posibilidad de que haya
condenas: “Los oficiales que están al mando, que son denominados autoridades
convocantes, controlan el juicio de principio a fin. Ellos determinan si el
caso avanzará o no, si el acusado pasará por un consejo de guerra o no. Allí es
donde ocurre gran parte de la intimidación. Allí es donde muchas víctimas
sienten temor. No reciben apoyo ni pueden hacer un seguimiento de sus propios
casos”.
Junto a SWAN y otros grupos, la
campaña para poner fin al abuso sexual en las fuerzas armadas de Estados Unidos
atrajo gran atención de la bancada femenina del Congreso de Estados Unidos, que
actualmente es la más numerosa de la historia. La congresista demócrata de
California Jackie Speier ha encabezado esta lucha en la Cámara de
Representantes desde hace mucho tiempo. El Comité de Servicios Armados del
Senado ahora tiene siete miembros mujeres, una cifra histórica. Esta semana, en
una audiencia del comité, la senadora demócrata de Nueva York Kirsten
Gillibrand interrogó en forma persistente al Secretario de la Fuerza Aérea
Michael Donley y al Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el General Mark
Welsh. Junto a Gillibrand estaba la senadora demócrata de Missouri Claire
McCaskill, que ha logrado postergar la confirmación de la Teniente General
Susan Helms como vicecomandante del Comando Espacial de la Fuerza Aérea, debido
a que Helms anuló el procesamiento de un capitán de la Base de la Fuerza Aérea
Vandenberg por cargos de abuso sexual.
La atención pública se ha
centrado, con razón, en los terribles crímenes de Cleveland. Es hora de que la
epidemia de violaciones y abusos sexuales en las fuerzas armadas también
obtenga la atención que merece, especialmente porque se trata de un problema
institucional. Cada día se cometen 70 abusos sexuales contra mujeres y hombres
en las fuerzas armadas. El Comandante en Jefe Obama debe adoptar medidas
contundentes de inmediato. Un primer paso es sacar las investigaciones y los
procesamientos del ámbito militar, una medida necesaria para poner fin a esta
cultura de violación sistémica que preside el Pentágono.
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Amy Goodman es la conductora de
Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de
750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es
co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en
tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
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| AMY GOODMAN |



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